Autores del artículo original:
Martina Suzani, MD, Anthony T. Moore, FRCS, FRCOphth
Resumen
El tratamiento de la enfermedad de Coats (EC) tiene como objetivo primario controlar la exudación para evitar el desprendimiento de retina (DR) y el glaucoma neovascular; y como objetivo secundario, preservar la agudeza visual (AV). El standard en el tratamiento de las telangiectasias es la fotocoagulación láser en lesiones localizadas o la crioterapia en exudación extensa y DR. En ambos casos suelen necesitarse varias sesiones.
En los adultos afectados se realiza angiografía (AGF) previa para localizar las áreas con perfusión anómala antes de los tratamientos. En niños, de manera habitual, se vienen tratando las lesiones que se encuentran al explorar con sedación. Recientemente se ha desarrollado un sistema portátil que permite la realización de AGF durante dicha sedación, el RetCam, que se utiliza con éxito en retinoblastoma, retinopatía de la prematuridad y otras patologías retinianas.
Comentario
El diseño del estudio corresponde a una revisión retrospectiva de casos tratados en un hospital de tercer nivel de Reino Unido. Se incluyen 25 niños diagnosticados de EC atendidos por la unidad de retina entre Diciembre de 2007 y Marzo de 2012; todos ellos en estadio 2 y con AGF intraoperatoria mediante RetCam II. Los pacientes debías presentar telangiectasias idiopáticas y exudación lipídica en la retina sensorial o el espacio subretiniano por fuera de la zona 1 de la clasificación de la retinopatía del prematuro; el polo posterior puede estar o no afectado. Se define la telangiectasia como una dilatación irregular de un vaso mediano o pequeño. Cumplen criterios 20 de los 25 pacientes incluidos.
Todos los pacientes habían sido examinados en consulta, se les realizó OCT de dominio espectral si eran colaboradores y se les realizó retinografía. Después se examinaban bajo anestesia: oftalmoscopia indirecta, fotografía y AGF usando RetCam. Según la AGF se fotocoagularon las áreas isquémicas; las telangiectasias se trataron directamente con láser o crioterapia.
En todos los casos la AGF muestra telangiectasias no detectadas en la fundoscopia y, excepto en uno de ellos, microaneurismas. Además de falta de perfusión capilar. Solamente en un caso tienen que retrasar el tratamiento por artefactos debidos a la AGF. 6 pacientes presentan un estadio 2a y 14, 2b. En 18 de los casos el tratamiento inicial es láser, con una media de 700 impactos (300-2000) frente a crioterapia en 2. Requirieron volver a tratar 5 de ellos, 4 habían recibido láser y 1 crioterapia.
En el grupo con estadio 2a 5 de los 6 pacientes presentan regresión anatómica completa de las alteraciones; el sexto paciente presenta una telangiectasia en zona 2 que no necesita tratamiento. En el otro grupo la exudación periférica desaparece en todos excepto 1 de los casos, pero hay cambios severos en el polo posterior: atrofia foveal en 3 ojos y fibrosis macular o exudados duros en 9. Respecto a la AV, en el grupo 2a en todos los casos la final es igual o mejor a la preoperatoria, en 4 de los pacientes hay un empeoramiento inicial seguido de recuperación. En el grupo 2b hay mayor variabilidad, en 4 pacientes mejora, permanece estable en 5 y empeora en 3.
Conclusión
La enfermedad de Coats acontece en un grupo poblacional de difícil manejo tanto por su escasa colaboración como por el elevado riesgo de deterioro visual severo y permanente. El abordaje clásico presenta limitaciones en cuanto a su planificación y eficacia. A menudo es difícil identificar las telangiectasias que subyacen en la etiopatogenia del proceso, lo que dificulta realizar un tratamiento a un tiempo suficientemente eficaz y con afán conservador. Esta situación lleva a la necesidad frecuente de reintervenciones, con la consiguiente merma en la calidad de vida tanto de los pacientes como de sus familias.
Los autores recogen que disponen de un grupo muy limitado de pacientes, a la vez que en con una presentación muy severa de la enfermedad, por lo que apuntan la posibilidad de realizar estudios con mayor número de casos y que sean representativos de todos los estadios de misma.
El progresivo conocimiento de las alteraciones vasculares de la retina y sus mecanismos de aparición abre la puerta a plantear procedimientos diagnósticos y esquemas terapeúticos que no se limiten a conservar la estructura sino también a preservar la función.
AUTORES:
María Dolores Morillo Rojas
F.E.A. Oftalmología
Departamento de Glaucoma
Hospital General del S.A.S. de Jerez
Dr Javier Benítez-del-Castillo Sánchez
Responsable Departamento de Glaucoma
Hospital General del S.A.S. de Jerez
Profesor Asociado de Oftalmología
Universidad de Cádiz