DEFINICIÓN: ¿Qué es la presbicia?
La presbicia es una condición óptica y visual que se desarrolla como resultado del envejecimiento normal del cristalino.
El cristalino es la lente natural que tenemos dentro del ojo. Cuando intentamos enfocar objetos que se encuentran cercanos y a mediana distancia (un libro o un ordenador por ejemplo), el cristalino modifica su forma para ejercer su función de lente intraocular y conseguir un óptimo enfoque de las imágenes.
A medida que el cristalino envejece, su composición va modificándose, se vuelve rígido y menos flexible que en la juventud. Todo ello deriva en una disminución o pérdida de su función de enfoque, que se denomina presbicia. Este fenómeno es conocido popularmente como “vista cansada”.
MANIFESTACIONES: ¿Qué síntomas provoca la presbicia?
La presbicia se manifiesta con una dificultad para leer de cerca y enfocar objetos que se encuentran a escasa distancia, menos de un metro habitualmente. El paciente suele notar dificultad para leer, que mejora a medida que aleja el papel de la cara. En ocasiones la presbicia empieza manifestándose como mayor lentitud en cambiar el foco de cerca a lejos o viceversa.
Si el esfuerzo de enfoque que se realiza para intentar ver con nitidez es constante y sostenido la presbicia no corregida puede derivar también en síntomas como dolor de cabeza (cefalea) o fatiga y cansancio visual, que se percibe con más intensidad al final del día.
FACTORES DE RIESGO: ¿Quién desarrolla presbicia?
La presbicia es un proceso natural de envejecimiento y por tanto, nadie está exento de desarrollarla.
Aparece frecuentemente entre edades comprendidas entre los 38 y los 45 años. Este rango de edad es variable, debido a diversos factores:
Genética de cada persona y envejecimiento individual
Actividad diaria habitual del paciente: personas que dedican largas jornadas leyendo o en el ordenador suelen desarrollarlo antes.
Aspectos ópticos del ojo: los pacientes con miopía previa, tienen tendencia a desarrollar presbicia más tarde que aquellos pacientes hipermétropes o emétropes (pacientes que nunca han precisado gafas para ver bien)
DIAGNÓSTICO: ¿Cómo se diagnostica la presbicia?
En caso de aparición de los síntomas previamente mencionados es recomendable acudir a su oftalmólogo habitual para someterse a una exploración completa que confirme el diagnóstico.
Una vez diagnosticada la presbicia, su oftalmólogo le indicará las medidas de corrección disponibles que mejor se adapten a su caso y estilo de vida concretos
PRONÓSTICO Y EVOLUCIÓN
La evolución y progresión de la presbicia varía desde su inicio en la cuarta década de la vida hasta aproximadamente los 60-62 años, momento en el cual la presbicia suele estar desarrollada y mantenerse estable.
Es posible que el paciente vuelva a notar una mejoría de la visión cercana con el paso de los años, y referir que ya no precisa de las gafas para actividades de precisión cercana como leer, coser etc. Es lo que se denomina “segunda visión” y suele ser el síntoma inicial de desarrollo de catarata. (véase apartado de “cataratas”).
TRATAMIENTO: ¿Cómo se trata la presbicia?
Existen diversos tratamientos para mejorar los síntomas de la presbicia.
1. Corrección óptica con gafas
Los pacientes que nunca han llevado gafas previamente al desarrollo de la presbicia pueden usar gafas monofocales. Son aquellas que tienen una graduación positiva (+1, +2, +3) para enfocar de cerca exclusivamente. Suelen usarse para actividades concretas como lectura, manualidades, costura, ordenador, aseo personal (pintarse las uñas, maquillarse), etc.
Los pacientes que llevaban gafas previamente al desarrollo de la presbicia pueden usar gafas bifocales o progresivas. Las gafas bifocales llevan una adición de graduación en la zona inferior del cristal que se distingue fácilmente del resto, y es la zona que se emplea para enfocar de cerca. Las gafas progresivas van variando la graduación gradualmente desde la zona superior, dedicada a visión lejana, a la zona media, para la visión intermedia, y la zona inferior del cristal para la visión cercana. El cristal, a diferencia de la gafa bifocal, es homogéneo y no se nota escalón. Habitualmente las gafas progresivas aportan una visión de mejor calidad y en mayor rango de distancias de enfoque que las bifocales, aunque suelen ser más caras.
Existe también la posibilidad de corrección óptica mediante lentes de contacto, para evitar el uso de gafas.
2. Corrección quirúrgica
Es posible realizar una corrección quirúrgica de la presbicia en casi todos los casos. Su oftalmólogo estudiará su caso de forma personalizada y le ofrecerá las alternativas que mejor se adapten a su situación y sus necesidades.
Son varias las posibles técnicas quirúrgicas empleadas hoy en día:
LÁSER BILATERAL: se operan los dos ojos mediante técnicas con laser similares a las empleadas para corregir miopía e hipermetropía.
LÁSER UNILATERAL: se opera sólo un ojo para conseguir una situación de “monovisión”, en la que se pretende mantener la mejor visión posible (sin gafas) para lejos con un ojo y la mejor precisión para cerca, también sin gafas, con el ojo contrario. De este modo el paciente usa un ojo para sus actividades habituales con visión lejana (hacer deporte, ver la televisión, etc.), el ojo operado para la visión precisa de cerca y ambos ojos para visiones intermedias (el ordenador, cocinar, etc.)
LENTES INTRAOCULARES: esta cirugía consiste en la extracción del cristalino y el implante en su lugar de una lente intraocular graduada para distancias lejana y cercana (lentes bifocales) o para distancias múltiples lejos-media-cerca (lentes trifocales). Esta cirugía es técnicamente igual que la cirugía de cataratas (véase apartado “cataratas”) y exime al paciente del desarrollo de la misma y su cirugía posterior.
IMPLANTES CORNEALES: Más recientemente se han desarrollado una serie de implantes que se colocan en el espesor de la córnea de un solo ojo y permiten el enfoque de cerca.