¿QUÉ ES UNA CONJUNTIVITIS?
La conjuntivitis consiste en una inflamación de la conjuntiva, una membrana mucosa fina y transparente que cubre la superficie del ojo. Esta inflamación hace más visibles los vasos sanguíneos, lo que le da al ojo un color rosado o rojizo. Es una de las afecciones del ojo más frecuentes, tanto en niños como en adultos.
¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE UNA CONJUNTIVITIS INFECCIOSA?
La conjuntivitis viral es causada por la infección de un virus en el ojo. Puede ser causada por diferentes virus, muchos de los cuales pueden estar asociados a infecciones de las vías respiratorias superiores, resfriados o dolor de garganta. Por lo general, comienza en un ojo y puede pasar al otro en los días siguientes. Se propaga fácil y rápidamente entre las personas.
La conjuntivitis bacteriana es causada por la infección de ciertas bacterias en el ojo. Es más infrecuente que los cuadros virales y, al igual que éstos, puede afectar a ambos ojos.
¿PUEDO CONTAGIARME?
Las conjuntivitis víricas y bacterianas son extremadamente contagiosas, sobre todo las virales.
Las partículas víricas son capaces de sobrevivir en superficies secas, como sábanas, almohadas, toallas, utensilios del baño, etc., durante semanas. Las principales vías de contagio son el contacto directo con secreciones respiratorias y oculares, así como el contacto de manos. La infección puede ser esporádica o producirse en brotes epidémicos en centros de trabajo, escuelas, centros deportivos, piscinas, etc.
¿QUÉ SÍNTOMAS PRODUCE UNA CONJUNTIVITIS?
Los pacientes con conjuntivitis vírica suelen tener ojo rojo con molestias tipo ardor y escozor, lagrimeo profuso y sensibilidad a la luz. Es muy frecuente la presencia de secreción en forma de legañas, más frecuentes al despertarse. En ocasiones se produce hinchazón de párpados. El cuadro suele empeorar durante los primeros días, mejorando después gradualmente hasta desaparecer. La duración del cuadro suele ser entre 7-14 días, aunque en algunos casos la conjuntivitis viral puede durar entre 3 y 4 semanas hasta que desaparece por completo.
La conjuntivitis bacteriana suele asociar secreciones más abundantes y espesas que en la conjuntivitis vírica y adquieren un color amarillo-verdoso, de aspecto “purulento”. Por lo general, los casos son leves y pueden durar desde solo 2 a 3 días hasta 2 a 3 semanas. En recién nacidos puede ser una causa grave de enfermedad ocular.
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA UNA CONJUNTIVITIS?
Por lo general el diagnóstico es clínico, mediante la identificación de los signos y síntomas en la consulta.
Existe en la actualidad un test de diagnóstico rápido para identificar adenovirus (principal agente responsable de las conjuntivitis víricas) en la superficie ocular, pero su uso aun no está muy extendido en la práctica clínica habitual. En ocasiones, cuando se sospecha una forma bacteriana, es necesario tomar muestras de las secreciones para realizar un cultivo que permita conocer el agente que produce la enfermedad y pautar un tratamiento antibiótico adecuado.
¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO DE UNA CONJUNTIVITIS?
El tratamiento generalmente es sintomático, enfocado a mejorar la calidad de vida del paciente y prevenir complicaciones y contagios.
En ambos casos es importante realizar lavados frecuentes del interior del ojo 4-5 veces al día con envases pequeños desechables de suero fisiológico, que puede conservar en nevera para obtener un mayor alivio de los síntomas. El lavado debe ser enérgico, para eliminar por arrastre todas las secreciones, empleando, como mínimo, un envase pequeño por cada lavado. Además, el uso de compresas frías sobre los párpados pueden ayudar a disminuir los síntomas. También es útil el empleo de lágrimas artificiales, para reducir el escozor y molestias derivados de la conjuntivitis.
En las conjuntivitis bacterianas su oftalmólogo le prescribirá por lo general un colirio antibiótico. En ocasiones es difícil diferenciar conjuntivitis bacterianas de virales, y en estos casos también suele prescribirse un colirio antibiótico.
¿CÓMO PUEDO EVITAR EL CONTAGIO DE OTRAS PERSONAS?
Para prevenir el contagio de otras personas emplee las siguientes medidas de higiene:
Lávese las manos frecuentemente con agua tibia y jabón. Si no hay agua ni jabón, use un limpiador para manos que contenga como mínimo un 60% de alcohol. A la hora de limpiar las secreciones, se debe lavar las manos primero y luego puede usar un paño limpio o una bola de algodón o pañuelo desechable para limpiar el área del ojo. Tire a la basura la bola de algodón o el pañuelo desechable después de usarlo; si usa un paño, debe lavarse con agua caliente y detergente. Lávese las manos de nuevo con agua tibia y jabón una vez que termine.
Evite tocarse o restregarse los ojos.
No use la misma botella o envase de las gotas para los ojos infectados que para los sanos, aun cuando sea de la misma persona.
Lave fundas de almohadas, sábanas, paños y toallas en agua caliente y detergente; después de tocar estos artículos debe lavarse las manos.
Evite compartir artículos como toallas, sábanas y fundas de almohadas.
No comparta el maquillaje para los ojos, la cara, los cepillos cosméticos, los lentes de contacto y envases ni los anteojos.
No acuda a centros deportivos o se meta en la piscina.
¿CUÁL ES EL PRONÓSTICO DE ESTA ENFERMEDAD?
El pronóstico de una conjuntivitis suele ser bueno. La práctica totalidad de los pacientes están curados al cabo de un mes tras el comienzo de los síntomas, cuando se realiza un adecuado tratamiento. No obstante, existen complicaciones oculares derivadas de la infección, o bien de los colirios empleados, tales como infiltrados corneales o reacciones alérgicas. Tales complicaciones, de existir, deben ser diagnosticadas y tratadas por su oftalmólogo.
¿CÓMO PUEDO PREVENIR LA INFECCIÓN?
Si está cerca de una persona con conjuntivitis infecciosa (viral o bacteriana), puede reducir su riesgo de infección si sigue estas medidas:
Lávese las manos frecuentemente con agua tibia y jabón. Si no dispone de agua tibia y jabón, use limpiadores para manos a base de alcohol. Lávese las manos después de estar en contacto con una persona infectada o con artículos que haya usado, por ejemplo, lávese las manos después de ponerle gotas o pomada en los ojos de una persona infectada o después de poner la ropa de cama de la persona infectada en la lavadora. Evite tocarse o restregarse los ojos. No comparta artículos usados por una persona infectada; por ejemplo, no comparta almohadas, paños, toallas, gotas para los ojos, maquillaje para los ojos o la cara y anteojos. Limpie y manipule sus lentes de contacto siguiendo las indicaciones de su optometrista.