Autores: Ning Cheung,Wan-Ting Tay, Gemmy C M Cheung, Jie-Jin Wang, Paul Mitchell, Tien Y Wong.
Resumen
Como resultados se obtiene una prevalencia de DMAE precoz de 5,6%. La toma de aspirina se observó en un 11,4% de los participantes. Los signos de DMAE precoz eran más comunes entre los que tomaban aspirina que entre los que no lo hacían (10,9% vs 4,9%, p <0,001). Tras ajustar los posibles factores de confusión, como la edad, el sexo, el tabaquismo y la cirugía de cataratas previa, la toma de aspirina fue asociada a la DMAE precoz (OR 1.50, IC 95%: 1,01 a 2,22). La asociación se debilita y no fue significativa después del ajuste adicional para enfermedad cardiovascular (OR 1.38, IC 0,89-2,14 95%). En el análisis estratificado, el uso de aspirina se asoció significativamente con la DMAE precoz entre los participantes que tenían enfermedad cardiovascular (OR ajustada 2,64, IC 1,31 a 95% 5,36), pero no con los que no la presentaban (OR 0.73, IC 0,36-1,51 95%).
Concluyen que la toma de aspirina en general no se asocia con DMAE temprana en esta muestra poblacional asiática, y que en aquellos con una historia de enfermedad cardiovascular la asociación encontrada entre el consumo de aspirina y la DMAE precoz precisaría una mayor investigación.
Comentario
El uso de aspirina (ácido acetilsalicílico) está ampliamente extendido, con beneficios probados en la reducción del riesgo cardiovascular.
La asociación entre el uso de aspirina y el riesgo de DMAE ya ha sido estudiada hace décadas. Ya en 1986, el Baba F y col constataron 15 casos de DMAE complicados por hemorragia intraocular masiva en pacientes que tomaban aspirina. Su consumo se ha asociado con el riesgo de DMAE en una serie de estudios de poblaciones caucásicas sobre todo, con resultados inconsistentes: si bien algunos estudios sugieren un efecto perjudicial de la aspirina en la DMAE, otros muestran que no hay ninguna asociación y otros un posible efecto beneficioso aunque no significativo.
Entre estos estudios destaca el European Eye study que informó de que la ingesta regular de aspirina se asocia tanto con DMAE precoz como tardía, independiente del consumo de tabaco y otros factores de riesgo como la enfermedad cardiovascular. Estando el riesgo ligado a la frecuencia del consumo de aspirina.
En cambio, en el estudio de meta-análisis de los autores chinos Wei zhu y col, publicado en PLoS ONE en marzo de 2013 en el que se analizaron 10 estudios que incluían un total de 171729 individuos se llega a la conclusión de que la aspirina es poco probable que se relacione con la DMAE, ni precoz ni tardía; ni con efecto protector ni dañino. Lástima que el estudio que estamos analizando sea posterior y no haya podido ser incluido en este gran meta-análisis.
Como puntos fuertes de este estudio destacan la muestra poblacional relativamente grande (3207 personas) y que la evaluación fotográfica de los signos de DMAE es estandarizada.
Como limitaciones, encontramos que la estimación de la toma de aspirina es mediante un cuestionario y lo más relevante, no se indica dosis ni frecuencia ni tiempo de tratamiento, y al ser un estudio transversal tampoco se puede excluir la posibilidad de que el consumo de aspirina hubiera comenzado después del debut de la DMAE. Asimismo, los pacientes podrían no haber referido adecuadamente sus padecimientos cardiovasculares y esto generar un error residual no conocido en la corrección de factores de confusión. Además no se recogía información sobre el uso de otros fármacos antiagregantes ni anticoagulantes. Por tratarse de un estudio en población asiática, puede que los resultados no sean extrapolables a nuestra población. Y por último, solo habla de la relación entre DMAE precoz y aspirina, sin estudiar la relación con DMAE tardía, porque encuentran demasiados pocos casos (14) de DMAE tardía como para realizar un análisis significativo, quizás por tratarse de una muestra poblacional relativamente joven.
Conclusión
Dado el amplio uso de aspirina, la contribución de la misma sobre el riesgo de DMAE debería ser examinada y confirmada en futuras investigaciones. Deberían realizarse estudios acerca de la administración a largo plazo. También se requieren estudios epidemiológicos adicionales de alta calidad para una mejor comprensión de la relación entre la dosis, la duración y el tiempo de uso de la aspirina con el riesgo de DMAE tanto precoz como tardía.
Hasta el momento, los efectos beneficiosos de la aspirina probados para la enfermedad cardiovascular probablemente superan la posible influencia sobre la DMAE y por ello no hay datos suficientes que apoyen su cese, si está indicada médicamente.
AUTOR:
Inmaculada Lozano Escobar
Hospital del Henares, Coslada, Madrid.