La luz azul de las pantallas no afecta a los ojos ni provoca ceguera
Un estudio reciente de dudoso origen científico y publicado en diferentes medios ha estado creando alarma en la opinión pública. Los expertos advierten que, los informes que muestran estas noticias están llegando a conclusiones infundadas sobre los posibles efectos de la luz azul en el ojo.
No obstante, ya en noviembre de 2017 en un artículo escrito por la Dra. Celia Vimont y revisado por el Dr. Rahul Khurana titulado ¿Debe de preocuparnos el uso de la luz azul? Se expone lo siguiente:
«Las molestias que algunos experimentan después de estar mirando demasiado tiempo las pantallas se deben probablemente al cansancio ocular digital. Casi todos parpadeamos menos cuando estamos viendo las pantallas, produciendo cansancio y sequedad de los ojos, dice el Dr. Khurana, portavoz de la Academia Americana de Oftalmología.
Aunque es frecuente que la luz azul se asocie con los ordenadores y los teléfonos, la mayor fuente de luz azul es la luz solar. Otras fuentes incluyen las lámparas de luz fluorescente y las lámaparas LED. La exposición a la luz azul proveniente de las pantallas es mucho menor que la cantidad de luz azul proveniente del sol a la que estamos expuestos. Además, no es más dañina que la luz azul solar, sostiene el Dr. Khurana.»
Hasta el momento, estas investigaciones no demuestran que la luz azul que desprende el uso cotidiano de las pantallas sea perjudicial. Los resultados alarmistas de otros estudios, hoy en día no pueden ser tomados como recomendaciones reales.
La investigación alarmista estaba buscando la reacción química que se produce en la retina cuando se expone a la luz azul de una pantalla. Esta luz entra en el ojo de manera natural, sea tanto luz azul del sol como luz azul de las pantallas.
Dentro de esa investigación otro error lo encontramos en que algunas células fueron expuestas a la luz azul, cuando esas células en el cuerpo humano no están en contacto con este tipo de luz. La luz azul sólo incide superficialmente en la piel y en los ojos, no puede tener ningún efecto en ninguna parte profunda del cuerpo.
Los investigadores tomaron células que no son del ojo
Uno de los problemas que originan las pantallas es que la gente pasa demasiado tiempo sin parpadear y sin alejar ni acercar la vista.
El uso excesivo puede producir ojos secos, blefaritis, cansancio ocular, etc. Para evitar estas consecuencias los oftalmólogos recomiendan la regla 20-20-20 (en anglosajón) (20 pies (6 metros), 20 segundos, 20 minutos). Es decir, mirar a lo lejos durante 20 segundos cada 20 minutos de trabajo con el ordenador.
Si de verdad se tiene una preocupación sobre el uso de las pantallas y su presunto peligro en los ojos, ante cualquier circunstancia y duda sobre la salud de los ojos, siempre hay que dirigirse al oftalmólogo.
El oftalmólogo es el único que puede indicarle sobre sus cuidados y estilo de vida respecto a este tema.
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