El glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible en el mundo, con una prevalencia que aumenta exponencialmente con la edad y se estima que para 2020 alrededor de 80 millones de personas en el mundo presenten una pérdida progresiva de visión por el curso de esta patología (según los datos de la Organización Mundial de la Salud, OMS), incrementando su incidencia a más de 100 millones de personas para 2040. Se trata de una neuropatía óptica multifactorial y progresiva caracterizada por alteraciones en el campo visual, en la que una elevada presión intraocular es el principal factor de riesgo que conduce a una pérdida de visión.