Tras el análisis concienzudo de la literatura científica existente el tema, la evidencia científica actual no demuestra que la luz azul dañe el ojo y el beneficio de los filtros azules en la prevención de daños oculares por dicha radiación luminosa. No hay ningún estudio realizado en humanos, necesarios antes de poder emitir una recomendación definitiva acerca del daño de la luz azul emitida por las pantallas de visualización. Estos estudios deben realizarse en humanos y bajo unas condiciones de uso reales y no in vitro o en animales de experimentación sometiéndolos a luces azules de gran intensidad. Por ello, si bien parece razonable la necesidad de realizar dichas investigaciones para establecer las medidas de salud poblacionales, actualmente no se puede recomendar es el uso de pantallas de protección de luz azul como el Reticare para evitar un daño no demostrado en condiciones reales y en humanos por estos dispositivos.