Autores del artículo original
Lucy I. Mudie, MBBS, MPH, Sophie LaBarre, BA, Varshini Varadaraj, MBBS, MPH, Sezen Karakus, MD, Jouni Onnela, MSc (Engineering), Beatriz Munoz, MS, David S. Friedman, MD, PhD
Ophthalmology 2016; 123: 1675-1684
Resumen
La Presión Intraocular (PIO) es el elemento clave en el desarrollo y progresión del glaucoma, y todos los tratamientos se centran en bajarla. En la mayoría de los pacientes, el control de PIO mediante tonometría Goldmann se realiza cada 6 meses o más. El tonómetro de rebote Icare TA01i ha demostrado su utilidad en la clínica, pero no está diseñado para su utilización directa por los pacientes. El Icare HOME (TA022; Icare Oy) ha sido desarrollado para el uso doméstico, lo que potencialmente permite la monitorización de la PIO por el propio sujeto. Solo el primer modelo cuenta con la aprobación de la FDA.
Los autores diseñan un estudio prospectivo para evaluar el uso del Icare Home. Reclutan los participantes entre Julio de 2014 y Abril de 2015, todos pacientes del Wilmer Eye Institute (Baltimore, Maryland). En todos los casos existe un diagnóstico o una sospecha de glaucoma. Para cada paciente solo se incluye un ojo; en caso de diferente PIO, el de mayor valor de la misma, en caso de igual PIO se decide mediante randomización secuencial. No son elegibles pacientes con alteración de la superficie corneal, ojo seco o intervenidos de LASIK. Todos los pacientes deben tener una paquimetría entre 500 y 600 µ. A todos los sujetos incluidos se les instruye sobre el uso del dispositivo (15-20 minutos), y se comprueba la idoneidad para la autotonometría fiable. La PIO de referencia para cada sujeto se determina usando el Icare TA01i y un tonómetro Goldmann (TG), los investigadores que realizan las mediciones están enmascarados. Cada paciente incluido realiza tres automedidas en presencia de un investigador, que no interactúa con él.
189 sujetos son reclutados, de los que completan el estudio 127. La media de edad es 62 años (rango 35-80 años), la mitad son mujeres. La proporción entre ojos derechos e izquierdos es similar. La mayoría de los participantes son diestros (80%), pero en casi todos los casos se utiliza la mano del ojo estudiado a la hora de la medición.
En el 91,3% hay una diferencia entre la primera auto-medida y la determinada con TG de 5 mmHg; en el 1,6% esta diferencia es de 7 mmHg; en 0,8% (1 participante) es superior a 7 mmHg. La media de la diferencia entre la medida realizada por el paciente y la TG es -0,33 mmHg; entre el valor obtenido por el paciente y el de referencia con el Icare TA01i, la media de la diferencia es 0,30 mmHg. El coeficiente de correlación de Pearson para la asociación entre la primera automedida y el valor de TG de referencia es 0,87; entre la primera automedida y el valor de referencia con Icare TA01i 0,90. Cuando se comparan las medidas mediante Icare HOME y TG la correlación varía en función de los rangos de PIO; para valores bajos de PIO (6-16 mmHg) Icare HOME tiende a obtener valores inferiores, mientras que para valores elevados (>23 mmHg) ocurre lo contrario.
Para evaluar la fiabilidad del Icare HOME se utiliza en coeficiente de variación (CV). Todos los pacientes tienen tres medidas de Icare TA01i, pero no siempre se han tomado tres medidas mediante TG. Se determina el CV entre las dos primeras medidas con ICare HOME; entre las dos primeras medidas con ICare TA01i; y entre las dos primeras medidas con TG. La mayor variabilidad en los resultados aparecen en el grupo ICare HOME
Comentario
Enlentecer la progresión del glaucoma pasa, sin duda, por un control estricto de la presión intraocular en los pacientes. La creciente presión asistencial, la dificultad para el acceso a los hospitales y consultas por limitaciones geográficas; junto con la ausencia de síntomas hasta fases avanzadas del daño glaucomatoso, hacen que el cumplimiento terapéutico y la conciencia de enfermedad sean más que irregulares.
En este contexto surge como una idea atractiva la posibilidad de la automedida de la PIO por parte del sujeto en su propio domicilio, aumentando en teoría la implicación en el propio tratamiento.
El tonómetro de rebote se ha demostrado como un instrumento útil y confiable para uso clínico. Al no necesitar la instilación de anestésico, junto con la buena tolerancia de la medición y la escasa frecuencia de lesiones por su uso, el desarrollo de un dispositivo para uso personal parece una evolución natural.
El estudio planteado por los autores es interesante, aunque presenta algunas limitaciones. La muestra no es representativa de la población general, pues todos los participantes son glaucomatosos o sospechosos de serlos. Las mediciones que realizan los participantes se llevan a cabo en presencia de los investigadores, y aunque no haya interacción directa, esto puede llevar a un mayor cuidado con medidas más fiables que las que pueda realizar en su propio entorno. Las medidas se realizan inmediatamente después de un proceso de entrenamiento, contribuyendo de nuevo a mejores resultados. Los datos obtenidos, incluso en estas condiciones, apuntan a una mayor variabilidad en los valores de la PIO mediante ICare HOME frente a los de ICare TA01i, lo que es esperable en un principio.
Por último, unas reflexiones acerca del uso de dispositivos para el autocontrol de la PIO por parte del paciente. Sin duda existen potenciales beneficios, como la mayor conciencia de las fluctuaciones de la PIO y la modificación de la misma con la instilación del tratamiento; sin embargo, inmediatamente aparece como contraposición el abandono de los tratamientos mientras la PIO no sobrepase un determinado valor, o la no asistencia a las consultas mientras no haya cambios con la pauta indicada. Además, no podemos olvidar el coste económico de estos dispositivos, planteando el debate de si deberían estar o no financiados en un sistema de salud público como el español.
Autores
Dra. María Dolores Morillo Rojas
F.E.A. Oftalmología
Departamento de Glaucoma
Hospital General del S.A.S. de Jerez
Dr. Javier Benítez-del-Castillo Sánchez
Responsable Departamento de Glaucoma
Hospital General del S.A.S. de Jerez
Profesor Asociado de Oftalmología
Universidad de Cádiz