El glaucoma es la primera causa de ceguera irreversible en el mundo, si bien con un diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado, se logra evitar la ceguera en más del 90% de los casos. Hablamos de glaucoma cuando existe un daño en el nervio óptico asociado en la mayoría de los casos a un aumento de la presión intraocular. Esta enfermedad afecta aproximadamente a un millón de personas en España, lo cual supone un 3% de la población. El problema es que se calcula que sólo la mitad de los pacientes con glaucoma saben que lo padecen y esto se debe a que, en un principio, el glaucoma no produce síntomas. La pérdida de visión que ocurre en estadios precoces suele ser periférica, sin afectar a la visión central, lo que hace que a los pacientes les resulte muy difícil de detectar.
En el Día Mundial del Glaucoma, que se celebra cada 12 de marzo, se busca llamar la atención de la sociedad sobre una enfermedad crónica, silente en la mayoría de los casos, pero muy grave, ya que puede llegar a causar ceguera. Por esta razón, desde la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), recuerdan a la población la importancia de realizar revisiones oftalmológicas anuales, sobre todo a partir de los 40 años, para detectar precozmente el glaucoma y poder frenar su evolución.
¿Qué es el glaucoma?
El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico irreversible que puede deberse a varias causas y cuyo factor de riesgo más importante es la presión intraocular (PIO) elevada.
Hablamos de glaucoma cuando constatamos que el nervio óptico (que actúa como conductor de la información desde el ojo hasta el cerebro) está afectado. En cambio, hablamos de hipertensión ocular cuando únicamente la PIO esta elevada, sin daño en el nervio óptico.
Los familiares de pacientes con glaucoma, con mayor riesgo de padecerlo
Los estudios genéticos parecen indicar que gran parte de los casos de glaucoma tienen un componente genético. El riesgo de padecer glaucoma puede ser 10 veces más alto entre los individuos cuyos hermanos padecen de glaucoma. Recuerde: todos los parientes consanguíneos tienen mayor riesgo.
El glaucoma, ¿se puede curar?
Actualmente no existe cura para esta enfermedad, pero un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado pueden ayudar a retrasar su progresión. Existen diferentes alternativas para el tratamiento del glaucoma, si bien todas tienen el mismo objetivo: lograr disminuir la presión ocular, para evitar el daño en el nervio óptico y por consiguiente prevenir que la pérdida de visión continue.
La importancia de la revisión oftalmológica
El principal problema del glaucoma radica en que es una patología asintomática hasta fases muy avanzadas, de forma que el paciente no es consciente del peligro hasta que ha perdido gran parte de su visión, y esta pérdida visual es ya irreversible. Por este motivo es fundamental realizar un diagnóstico precoz para descubrir y tratar el glaucoma tempranamente y así evitar el daño visual. El diagnóstico precoz sólo puede hacerse a través de una exploración oftalmológica completa.
Dado que la incidencia de glaucoma aumenta a partir de los 40 años, se recomienda realizar una revisión oftalmológica anual a partir de esta edad para descartar la enfermedad. Más aún si hay otros factores de riesgo de glaucoma, como antecedentes familiares o miopía.
El médico oftalmólogo es el único profesional capacitado para identificar, detectar o diagnosticar problemas o trastornos oculares.