Autores del artículo original:
Saraf SS, Ryu CL, Ober MD.
Resumen
Objetivo: Determinar si la cirugía de catarata contribuye a la progresión de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) exudativa.
Métodos: Se trata de un estudio de cohortes retrospectivo, en el que se incluyeron pacientes con DMAE exudativa a los que se operó de catarata en la mitad de un tiempo de estudio de un año. Un grupo control incluyó pacientes con DMAE exudativa en tratamiento con anti-VEGF que no fueron operados de catarata. Se compararon entre ambos grupos la AVMC, el número de anti VEGF recibidos y las características de la OCT.
Resultados: Se incluyeron 40 pacientes en el grupo intervenido y 42 en el no intervenido. La AVMC fue equivalente en la primera mitad del estudio, para hacerse después significativamente mejor en el grupo operado (mejoría en logMAR de 0,23±0,65 vs 0,11±0,59, P=0,049). No hubo cambios en el número de inyecciones recibidas antes y después de la intervención en el grupo operado (P=0,921). El grosor macular central por OCT se hizo mayor en el grupo intervenido frente al no operado (265,4±98,4 micras vs 216,4±58,3 micras, P=0,011). Los ojos intervenidos tenían más posibilidad de desarrollar un nuevo edema quístico o de empeoramiento del preexistente después de la cirugía (13 ojos intervenidos, 54,2%, frente a nueve no operados, 28,1%, P=0,048).
Conclusiones: La cirugía de catarata conduce a una mejoría visual y no parece contribuir a un empeoramiento de la DMAE exudativa. Sin embargo, los cambios anatómicos basados en el análisis con OCT sugieren una susceptibilidad subclínica a edema macular cistoide postoperatorio o exacerbación de la neovascularización coroidea.
Comentario
Con la gran frecuencia de DAME exudativa que existe hoy en día, y los modernos tratamientos anti VEGF disponibles, que permiten mantener visiones funcionales en estos pacientes, se hace necesario saber el posible efecto que la cirugía de la catarata puede tener en estos pacientes. Este estudio aporta como novedad la existencia de un grupo control no operado, así como el análisis de ambos grupos mediante OCT (Stratus, eso sí).
Se obtuvo mejor ganancia visual en el grupo intervenido de catarata, algo esperable tras la intervención, con un numero similar de inyecciones de anti VEGF antes y después de la intervención, mientras que el grupo no operado requirió menos inyecciones en los seis segundos meses de seguimiento (P=0,057). El análisis de OCT demostró mayor grosor central y mayor número de pacientes con empeoramiento del EMQ o aparición de nuevo en el grupo operado, pero no diferencias en la frecuencia de liquido subretiniano, atrofia foveal o hemorragia macular.
Varios estudios han analizado el efecto de la cirugía de la catarata en un paciente con DMAE seca, sin hallarse evidencia de un cambio a DMAE exudativa tras la cirugía. En cambio, han sido pocos los estudios que han estudiado el efecto de la facoemulsificación en pacientes con DMAE exudativa, sobre todo en la era de los anti-VEGF. Los pacientes operados tuvieron mejor AVMC final, pero los no operados tuvieron un descenso casi significativo del número de inyecciones, lo que puede ser debido a una mayor necesidad de anti-VEGF en el grupo operado por un edema postquirúrgico mayor. Los datos de OCT demuestran mayor edema en el grupo intervenido a los tres meses de la operación, no habiendo datos mas allá de los tres meses, lo que impide confirmar si ese aumento de grosor es transitorio o podría ser el debut de un EMQ persistente. Es importante destacar que la cirugía de catarata se realizó en pacientes con DMAE exudativa controlada (sin edema macular), lo que impide generalizar sus resultados a pacientes sin control de la exudación macular, en los que puede que el efecto de la cirugía de la catarata sea más dañino. Además, había diferencias basales entre ambos grupos, puesto que el grupo no operado recibió mayor número de inyecciones en los seis primeros meses e incluía menos pacientes de raza blanca. No es posible, además, saber si el aumento del grosor macular se debe a un empeoramiento de la neovascularización coroidea o a un EMQ post operatorio.
Conclusión
En definitiva, el estudio parece confirmar que la cirugía de catarata mejora la AVMC en pacientes con DMAE exudativa controlada, pero abre la puerta a un posible empeoramiento anatómico, dado el aumento de grosor macular y necesidad de más inyecciones de anti-VEGF tras la cirugía. Se hace necesario un estudio prospectivo aleatorizado que confirme los resultados.
AUTOR:
Pedro Arriola Villalobos
Hospital Clínico San Carlos. Madrid