Resumen inicial
Se trata de un estudio prospectivo aleatorizado con el que los autores pretenden determinar la eficacia de la información verbal, escrita u ofrecida en formato de video acerca de la valoración por parte de los pacientes de los riesgos y los beneficios de la cirugía de la catarata, así como de los tratamientos alternativos. Para ello dividieron a los pacientes con cataratas en 4 grupos de modo aleatorio. El grupo 1 recibió únicamente información verbal convencional. El grupo 2 recibió información verbal convencional más una hoja informativa destinada para un nivel de comprensión lectora básico, de educación primaria. El grupo 3 recibió información verbal convencional más una hoja informativa destinada a lectores con un nivel de comprensión lectora más alto, correspondiente a 2º de la ESO. El grupo 4 recibió información verbal convencional y se le mostró el DVD de la Academia Americana de Oftalmología: Cirugía de la catarata: DVD informativo para el paciente y guía de ayuda para el consentimiento informado, de 13 minutos de duración. Tras recibir la información, todos los pacientes de cada grupo tuvieron que rellenar un cuestionario con 12 preguntas acerca de la intervención quirúrgica. Se valoró el número de respuestas correctas. Los pacientes que obtuvieron un mayor número de respuestas correctas fueron los del grupo 2 (los que recibieron información verbal convencional y una hoja informativa en lenguaje básico) y 4 (los que recibieron información verbal convencional y el DVD informativo). El grupo que acertó un menor número de respuestas fue el que recibió únicamente información verbal convencional. No se observaron diferencias estadísticamente significativas entre los resultados de los grupos 2 y 4 o entre los grupos 1 y 3. No se observaron diferencias estadísticamente significativas al estudiar los resultados teniendo en cuenta la edad o el nivel educativo de los pacientes.
Comentario
Con el envejecimiento de la población, la cirugía de la catarata es una de las cirugías más frecuentes. Aunque la tasa de complicaciones es muy baja, algunas pueden tener graves consecuencias visuales. Estas complicaciones son las responsables de un tercio de todas las demandas judiciales contra los oftalmólogos. Como las negligencias médicas son difíciles de documentar, la falta de información se ve implicada en más del 90% de los casos.
Los oftalmólogos tenemos la obligación ética de proporcionar información detallada antes de la cirugía de la catarata para que el consentimiento informado del paciente tenga validez1,2. El proporcionar a los pacientes una hoja informativa o un folleto para que lea en la sala de espera antes de recibir la información verbal en la consulta permite a los pacientes procesar mejor la información y consultar las dudas que puedan aparecer. Respecto a las hojas informativas proporcionadas en el presente estudio, cabía esperar que el beneficio de proporcionar información escrita en un lenguaje más básico fuese superior en pacientes con niveles educativos bajos. Sin embargo el nivel educativo no fue un factor determinante en el número de respuestas correctas en cada grupo. El video utilizado en este estudio posee una primera parte en la que se expone en 9 minutos como funciona el ojo humano, como se realiza la intervención quirúrgica, cuales son las alternativas a la cirugía, así como testimonios personales de pacientes intervenidos exitosamente. La segunda parte es una ayuda para el consentimiento informado en la que se expone en 4 minutos una lista adicional de los riesgos y las alternativas.
En el presente trabajo la encuesta se realizó inmediatamente después de pasar la primera visita. Sin embargo, en situaciones en las que la lista de espera sea importante y la cirugía se retrasa un tiempo prolongado, o cuando el paciente retrase voluntariamente la fecha de la cirugía, es posible que el paciente olvide todo lo explicado. Como mencionan los autores, en los casos en los que se retrase la cirugía, sería interesante repetir el cuestionario para comparar si el paciente retiene la información, de ello podría evaluarse la utilidad de repetir la información con las hojas informativas o mediante videos.
En este sentido cabe destacar una resolución judicial española que considera negligencia el hecho de que el paciente recibiera información acerca de la intervención a la que iba a ser sometido en marzo de 2006 cuando debería haberla recibido en junio de 2007, que es cuando se sometió a la intervención. También sería útil determinar si la combinación de la información verbal convencional, junto con los folletos informativos y el pase de presentaciones en video ayudaría a aumentar aún más la retención y la comprensión del proceso del consentimiento informado.
Conclusiones
En una época en la que cada vez son más frecuentes las demandas judiciales en el ámbito sanitario, resulta fundamental que el paciente entienda con claridad meridiana la patología que presenta, las soluciones a su problema, las alternativas médicas o quirúrgicas y las implicaciones derivadas de no someterse a los tratamientos recomendados. En el caso de un tratamiento quirúrgico el paciente debe entender en que consiste la cirugía, los resultados esperados, la evolución postoperatoria y las posibles complicaciones derivadas de la misma. El dedicar tiempo y esfuerzo en esta tarea es muy importante porque cuanta más información disponga el paciente más disminuye el riesgo de hacer frente a demandas civiles debidas a que el consentimiento informado no fue adecuado por falta de información. El consentimiento informado adecuado resulta imperativo para el sentimiento general por parte del paciente de que la cirugía ha sido exitosa. Es de suponer que al aumentar el énfasis por parte del cirujano en el proceso del consentimiento informado, mediante información sencilla por escrito y el visionado de presentaciones en video, los pacientes pueden decidir con mayor frecuencia aplazar una cirugía electiva, lo que a su vez disminuiría cirugías innecesarias y la posibilidad de demandas. Aunque el desarrollo y el uso de estas herramientas didácticas requieren más esfuerzo por parte del cirujano, la relación coste beneficio sería muy ventajosa.
Autor del comentario:
Miguel A. Calvo Arrabal
Bibliografía
– Junceda Moreno J, Pérez Salvador JL, Taboada Esteve y cols. El consentimiento informado. En: De Lorenzo R, et al. El consentimiento informado en oftalmología, Editores Médicos, S.A.; 2005; págs.: 59-64.
– Menéndez de Lucas, JA. El consentimiento informado en oftalmología. En: Menéndez de Lucas, JA. La responsabilidad en oftalmología, editores: Sociedad Española de Oftalmología 2010; págs.: 95-105.
– Ley 41/2002 de 14 de Noviembre. Ley básica reguladora de la autonomía del paciente y derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. BOE de 15 de noviembre de 2002; nº 274; 40126. Disponible en: