Los autores de este trabajo proponen un protocolo en el que el seguimiento postquirúrgico del paciente operado de cataratas es compartido por el oftalmólogo y el optometrista. Para ello un grupo de 105 optometristas fue previamente entrenado y acreditado.
Resumen
Comentario
Se impone la necesidad de aplicar protocolos que hagan más eficiente el seguimiento y manejo de las enfermedades más frecuentes. La elevada prevalencia e incidencia de muchas de las enfermedades que manejamos los oftalmólogos hace que la búsqueda de la eficiencia sea especialmente importante en nuestra especialidad. El contexto de crisis económica que vivimos desde hace seis años hace aún más necesario adecuar los nuevos protocolos a este nuevo escenario.
Esta necesidad es especialmente relevante en el caso de la cirugía de catarata por tratarse del proceso quirúrgico más frecuente y por lo tanto una de las enfermedades que más recursos consumen. Las mejoras tecnológicas en los equipos de facoemulsificación, la reducción radical en la incidencia de la endoftalmitis lograda gracias a la utilización de antibióticos intracamerulares y el mejor conocimiento del síndrome de iris flácido intraoperatorio hacen que en este momento esta cirugía sea mucho más segura que hace una década.
Los autores del trabajo aplican unos criterios de selección exhaustivos y sólo las cirugías de catarata no complicadas en pacientes de bajo riesgo fueron sometidas a este protocolo. El resto de los pacientes fueron sometidos al protocolo convencional que incluía revisiones hospitalarias. La implantación de este modelo de seguimiento permitió reducir el número de visitas sucesivas de forma significativa (1449 visitas sucesivas menos). Tan sólo un 2% de los pacientes seguidos por los optometristas fueron referidos al hospital durante el postoperatorio por presentar alguna complicación postoperatoria, y la satisfacción por parte del paciente fue alta al poder realizar el seguimiento más cerca de su domicilio.
Aunque en una primera aproximación la idea parece adecuada, queda por determinar si el modelo es exportable a nuestro medio. Aún siendo la cirugía de catarata muy segura y estando muy estandarizada una parte del éxito puede depender de un correcto seguimiento. Sería necesario revisar, cuales son las competencias de los optometristas en España, y quien sería el responsable de los problemas legales generados en caso de que el seguimiento extrahospitalario no fuera el adecuado.
Conclusión
Cualquier trabajo que contribuya a hacer la cirugía de catarata más eficiente siempre es interesante. Los autores publican unos buenos resultados en los pacientes sometidos a este protocolo de seguimiento. Quedaría por determinar si las competencias de los optometristas españoles hacen exportable este esquema de seguimiento a nuestro país. Como gremio debemos preguntarnos si los gestores que desde sus despachos nos empujan a ser cada día más eficientes, responderían ante problemas legales generados en caso de que el seguimiento extrahospitalario no fuera el adecuado, y qué ganamos aceptando estas políticas que banalizan la que es una de las cirugías más complejas.
AUTOR:
Julio González Martín-Moro, MD, PhD
Hospital del Henares, Coslada, Madrid