Elena Barraquer es una persona feliz porque hace lo que le gusta: devolver la visión a los más necesitados. Actualmente soy cirujana de cataratas y cirugía refractiva intraocular en el Centro de Oftalmología Barraquer de Barcelona y presidenta de la Fundacion Elena Barraquer.
¿Dónde te formaste como médico y por qué decidiste hacer un Fellowship?
Al acabar la carrera de medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona me ofrecieron un Fellowship de investigación básica en el National Eye Institute (NEI) del NIH en Bethesda, Maryland. Siempre he sido una persona aventurera, con ganas de nuevas experiencias y sin miedo de tirarme a la piscina. Por eso, aun sin tener ni idea de ingles (en el colegio aprendí francés) y sin haber pisado un laboratorio, con 23 años me mudé a Washington D.C. Hablamos de 1978…
¿En qué país te formaste como fellow y por qué?
Ese fue el primero de los 3 fellowships que hice en EEUU. Al acabar los dos años en el NHI, empecé otro en el laboratorio de anatomía patológica del Wilmer Eye Institute en Johns Hopkins University. Allí pasé otros 2 años, bajo la supervisión del Dr. W. Richard Green, absorbiendo sus grandes conocimientos en anatomía patológica ocular.
Llevé a cabo mi tercer fellowship en el Bascom Palmer Eye Institute de la Universidad de Miami, una vez completada mi formación como residente en Massachusetts Eye & Ear Infirmary (el departamento de oftalmología de Harvard Medical School). Este último consistió en 2 años de subespecialización en segmento anterior, el primero volviendo a la investigación en laboratorio y el segundo en la clínica de córnea.
¿Cómo fue su experiencia y consejos?
Creo que, quien se lo pueda permitir, debería hacer un fellowship (o más de uno!) En el mundo actual, con el aumento exponencial de oftalmólogos, la competitividad está creciendo al mismo ritmo. Por eso es fundamental una subespecialización para ofrecer ese “algo más” a los pacientes. Mi experiencia no pudo ser mejor, incluso durante los dos años de investigación básica, cosa que no he vuelto a hacer en mi carrera, aprendí una disciplina y metódica de trabajo que me ha acompañado toda la vida. Pero atención, mudarse sola a un país extranjero sin hablar la lengua no es para todos. Hay que ser, como yo, un poco “insensata” y muy adaptable.
¿Cómo realizo el proceso?
Soy consciente de que mi situación familiar/personal me facilitó el proceso para conseguir el primer fellowship: Mi padre, el Prof. Joaquin Barraquer, estuvo en un congreso cenando al lado del Dr. Carl Kupfer, entonces director del NEI, quien le comentó las becas para graduados extranjeros que ellos ofrecían. Mi padre me llamó desde Texas y yo no dudé un segundo en aceptar la oferta. El papeleo necesario para trabajar en un laboratorio no fue excesivo. La cosa se complicó algo más cuando decidí prolongar mi estancia en EEUU. Para conseguir un puesto de residente tuve que presentarme al ECFMG (Educational Commission for Foreing Medical Graduates), estudiar durante casi un año preguntas tipo examen MIR para pasar la prueba de medicina y también la de inglés. Pero estaba convencida de lo que quería hacer y no me fue difícil conseguirlo. Creo que ahora las cosas están más difíciles, pero como dice el Nobel Fridtjof Nansen, “Lo difícil toma tiempo, lo imposible toma solo algo más de tiempo”.
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