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Autores del artículo original

Huang OS, Mehta JS, Htoon HM, Tan DT, Wong TT.  Am J Ophthalmol 2016; 170:153-160.

 

Resumen

Objetivo: Describir la incidencia y factores de riesgo de aumento de la presión intraocular (PIO) tras DALK.

Métodos: Se trata de una serie de casos retrospectiva sobre la incidencia en cinco años de elevación de la PIO en pacientes intervenidos de DALK entre 2004-2008 en un hospital terciario. Se excluyeron pacientes con menos de seis meses de seguimiento. La elevación de la PIO se definió como PIO>21 mmHg.

Resultados: Ocurrió un episodio de elevación de la PIO en el 36,1% de los casos (44/122), apareciendo un 11,4% (n=5) en la primera semana. La duración media de la elevación de la PIO fue de 48,9±65,5 días. Las causas de elevación de la PIO incluyeron bloqueo pupilar por aire, injertos edematosos y corticorrespondedores. Se requirió una intervención quirúrgica para reducir la PIO en tres casos (6,8%). En el análisis multivariante, el uso de colirios de Olopatadina 0,1% o Ciclosporina antes de la intervención (OR=14,51, IC 95%= 1,43-147,23) y el uso de acetato de prednisolona 1% en comparación con dexametasona 0,1% tras la DALK (OR=4,79, IC 95%= 0,73-31,52) se asociaron con mayores tasas de elevación de PIO post DALK. A los cinco años post cirugía, tres de los 71 casos (4,48%) habían desarrollado nuevos defectos glaucomatosos en el campo visual, y un caso con glaucoma previo tuvo progresión del defecto campimétrico.

Conclusiones. La DALK se asoció con una incidencia significativa de elevación transitoria de la PIO postoperatoria, pero hubo una baja incidencia de desarrollo de glaucoma a los cinco años. Los factores de riesgo para la elevación de la PIO tras DALK incluían el uso de acetato de prednisolona tópica al 1% frente a dexametasona tópica al 0,1% y el uso de Olopatadina 0,1% o de cualquier concentración de Ciclosporina tópica previa a la DALK.

 

Comentario

La DALK se ha convertido en la cirugía de primera elección en caso de necesidad de trasplante de córnea ante patología estromal (queratocono, distrofias corneales estromales, leucoma post infecciosos, etc.), debido a las incontables ventajas sobre la tradicional queratoplastia penetrante. Una de ellas es la menor incidencia de glaucoma post trasplante. Los autores, con el estudio, pretender informar de la incidencia de elevación transitoria de la PIO en su serie de pacientes intervenidos de DALK y publicar, por primera vez, los factores de riesgo para esa elevación tensional.

El estudio incluye un total de 122 cirugías realizadas en cuatro años. Es importante reseñar que la pauta de corticoides post quirúrgica era a elección del cirujano, tanto en tipo de colirio empleado como en duración del tratamiento. El colirio más empleado fue el acetato de prednisolona al 1% (63,4%) y la duración media del tratamiento con corticoides fue de 10 meses (rango 1-163). La mayoría de los pacientes fueron intervenidos por indicación óptica, siendo el queratocono (32%) la principal indicación.

En general, hubo elevación de la PIO (definida como PIO >21 mmHg) en el 36,1% de los casos, un 11,4% de ellos en la primera semana. En la mayoría de los casos la causa de la elevación de la PIO fue la respuesta a corticoides (84,1%). La duración media de la elevación de la PIO fue de 48,9±65,5 días, requiriendo, los pacientes sin glaucoma previo, el uso de una media de un colirio para su control. Tres pacientes requirieron intervención quirúrgica para el control de la PIO, necesitando un caso una trabeculectomía al año de la DALK y otros dos pacientes en que hubo que retirar el aire introducido en cámara anterior para el tratamiento de un desprendimiento de Descemet e iridectomía.

Entre los factores de riesgo para la elevación de la PIO fueron detectados el uso de acetato de prednisolona 1% frente a dexametasona al 0,1% y el uso previo de Olopatadina o Ciclosporina tópicas. El tiempo de uso de los corticoides tras la cirugía no se asoció con mayores tasas de elevación de la PIO.

La relación existente entre el tratamiento previo con Olopatadina o Ciclosporina y la elevación de la PIO puede ser debida al posible uso previo de corticoides en estos pacientes, en el contexto de su cuadro alérgico o de superficie ocular. Al tratarse de un estudio retrospectivo, se trata de una hipótesis, ya que los autores no informan sobre el número de esos pacientes que habían recibido tratamiento previo con corticoides tópicos.

Algunos estudios previos habían hallado tasas de elevación de la PIO tras DALK más bajas (6%y 1,3%), lo que los autores atribuyen al diferente régimen de tratamiento empleado (dexametasona colirio al 0,1% y fluorometalona al 0,1%, respectivamente).

La incidencia de elevación transitoria de la PIO y de glaucoma encontradas en este estudio es significativamente inferior a las publicadas en pacientes tras queratoplastia penetrante.

 

Conclusiones

La incidencia de elevación de la PIO tras DALK es significativa (casi uno de cada tres casos), pero la incidencia de glaucoma de nuevo diagnóstico a los cinco años es baja, del 4,48%. El tiempo de uso de corticoides no asocia mayores tasas de elevación de la PIO, pero sí el empleo de acetato de prednisolona al 1%.

 

Firma del autor

Pedro Arriola-Villalobos
Hospital Clínico San Carlos. Madrid

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