Autores:
Bastawrous A, Rono HK, Livingstone IA, Weiss HA, Jordan S, Kuper H, Burton MJ
Resumen
Para una significación del 95%, el intervalo de confianza para la prueba de test-retest fue de ±0.033 logMAR. La media de las diferencias entre ambas tomas de la agudeza visual fue de 0.07 (95% IC, 0.05-0.09) y 0.08 entre las tomas de la agudeza visual con optotipos de Snellen (95% IC, 0.06-0.10). La agudeza visual tomada con smartphone se correlaciona bien con la tomada en clínica con optotipos de Snellen y los utilizados para el ETDRS. El grado de concordancia fue mayor con los optotipos de Snellen (95% IC, 0.05-0.10; P = .08). Los trabajadores sanitarios rápidamente aceptaron la toma de la agudeza visual con smartphone, que requiere mínimo entrenamiento y no lleva más tiempo que la toma en clínica con los optotipos de Snellen o para en ETDRS (77 segundos vs 82 segundos; 95% IC, 71-84 segundos vs 73-91 segundos, respectively; P = .13).
Comentario
Se calcula que en el mundo existen 285 millones de personas con déficit visual, el 80 % tratables y la toma de la agudeza visual es el gold standard para el diagnóstico y seguimiento de estos pacientes. Los test de Snellen son los más frecuentemente utilizados en la práctica clínica, pero están limitados por la progresión no geométrica de los tamaños de letra entre líneas y en el diferente número de símbolos por línea. La escala logMAR intenta obviar estos inconvenientes y el sistema utilizado en este trabajo para Smartphone (Peek Acuity) se basa en ella. En 2013 se estima que existían 280 millones de teléfonos móviles de tipo Smartphone (20 % del total), una cifra que va creciendo progresivamente. El potencial de utilizar estos dispositivos para aplicaciones sanitarias es inmensa, tanto en las consultas médicas como domiciliariamente. La toma de variables de importancia clínica por el paciente de forma domiciliaria ha demostrado su utilidad, por ejemplo en la hipetensión arterial o diabetes. La obtención de la agudeza visual de forma domiciliaria tendría una utilidad muy grande tanto para la monitorización de infinidad de patologías como por la facilidad de uso en el caso de grandes screening de población general, en campañas de patologías de prevención de baja agudeza visual o ceguera. La obtención de evidencia de la utilidad de la prueba sería un gran apoyo para la introducción en la clínica de estas pruebas. Entre sus limitaciones está la variabilidad en la cuantificación de la baja visión o sus problemas de generalización. En este caso el estudio queda limitado a pacientes adultos de Kenia, pero no sabemos si los resultados son los mismos en poblaciones con edades o entornos diferentes.
Conclusión
El estudio demuestra que la toma de la agudeza visual tomada mediante smartphone es una pruebba sensible y repetible y consistente con la obtenida en consulta, ya sea mediantes optotipos de Snellen o logMAR y muestra un potencial de gran calado en su introducción en la práctica clínica o campañas de prevención.
AUTOR:
Pedro Beneyto