En el marco del Día Internacional de la Mujer, desde la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) creemos que es importante destacar y celebrar las contribuciones de mujeres excepcionales que han dejado un impacto significativo en el campo de la Oftalmología.
En esta ocasión, queremos hacer hincapié en el legado de tres oftalmólogas pioneras cuyo trabajo ha sido fundamental para el avance de la ciencia y la atención médica oftalmológica: Trinidad Arroyo Villaverde, Ida Caroline Mann y Patricia Bath.
Trinidad Arroyo Villaverde
Fue una de las primeras mujeres que hizo el bachiller en su ciudad natal antes de estudiar medicina en la Universidad de Valladolid, donde fue alumna libre entre 1889 y 1895. Cuando comenzó sus estudios universitarios catorce mujeres habían obtenido ya títulos universitarios en España, la mitad de ellos en Medicina.
Trinidad empezó en Madrid su formación oftalmológica con el doctor Santiago de los Albitos y Fernández (1845-1908), director desde 1877 del Asilo de Santa Lucía y profesor en la Escuela Libre de Oftalmología del Instituto Oftálmico Nacional. Según manifestó ella misma en una entrevista en 1912, el gusto por la Oftalmología se le había despertado mientras cursaba en Valladolid la asignatura de Cirugía del profesor Sagarra Lascurain.
La cirugía la atraía, pero creía que, a diferencia de la Oftalmología, las convenciones sociales le impedirían, por ser mujer, practicarla y gozar de una buena clientela. En 1896 defendió su tesis de doctorado acerca del efecto de ciertos preparados para uso oftalmológico sobre el normal funcionamiento de la musculatura ocular y fue la tercera y última tesis de autoría femenina leída en España durante el siglo XIX.
Con esta primera investigación inició una línea de trabajo propia sobre los efectos analgésicos del clorhidrato de codeína y la dionina, cuyos resultados publicó en revistas y actas de congresos especializados.
Contrajo matrimonio en 1902 con el doctor Manuel Márquez (1872-1962), un compañero de estudios que se inició en la Oftalmología gracias a su influencia y que, en 1911, llegó a ser el primer catedrático de esta especialidad en la Universidad Central (Madrid).
Fue una de las primeras mujeres que gozó en España de una práctica médica larga y reconocida. Asumió su carácter de precursora apoyando muchas iniciativas a favor de la mejora social y la educación sanitaria de las mujeres. Fue fundadora del Lyceum Club de Madrid, presidenta de honor de la Asociación de Médicas Españolas que fundara Elisa Soriano Fischer en 1928, y colaboradora científica de la revista La Medicina Social Española (1916-1920) en su sección “Notas feministas: De la mujer para la mujer” que dirigía la ginecóloga valenciana Concepción Aleixandre (1862-1952).
En junio de 1936 inició, junto a su esposo, un éxodo que los llevó a Valencia y Barcelona para concluir en México en 1939. Allí continuó practicando su especialidad y viajó una sola vez a España, en 1955, para legar todos sus bienes a una fundación de apoyo a estudiantes de bachiller en Palencia y a estudiantes de Medicina en Valladolid.
Ida Caroline Mann
Ida Caroline Mann nació el 6 de febrero de 1893 en Kilburn, Londres. Cursó estudios en la Wycombe House School de Hampstead, localidad donde residió de joven. Allí aprobó el examen –para mujeres– de ingreso en la función pública en 1909. Ocupó una plaza en el Post Office Savings Bank (Caja Postal de Ahorros), continuando el camino de su padre.
Una visita al Whitechapel Hospital, durante unas jornadas de puertas abiertas, generó en ella la firme decisión –pese a los obstáculos para el acceso de las mujeres– de cursar los estudios de Medicina. Accedió a la Facultad de Medicina para mujeres de Londres (Royal Free Hospital School of Medicine for Women) en octubre de 1914. La reducción en el número de estudiantes varones de Medicina (por su incorporación a filas durante la Primera Guerra Mundial), permitió que algunas estudiantes –entre ellas Ida- fueran transferidas en 1917 al St. Mary´s Hospital, la Facultad de Medicina masculina de fundación más reciente en Londres. Estudió Anatomía y Embriología con el Profesor J. E. S. Frazer, y fue durante estos años cuando inició su interés por la Oftalmología.
A principios de 1920 aprobó el MRCS (Membership Royal College of Surgeons) y el LRCP (Licenciate of the Royal College of Physicians). Unos meses después se graduó como MB (Medicine Bachellor) y BS (Bachellor of Surgery) por la Universidad de Londres, lo que le autorizaba al ejercicio de la profesión.
Interesada por la oftalmología comparada, ejerció de oculista en Londres. En 1925 inició la práctica privada de la Oftalmología y obtuvo una plaza vacante en el Central London Eye Hospital donde desempeñó su labor como Patólogo y Ayudante Quirúrgico.
Luego, consiguió una plaza en el Staff Honorario del Moorfields en 1927, lo que supuso un hito para una mujer en un mundo exclusivamente masculino.
Investigó sobre todos los aspectos del efecto ocular del gas mostaza en los heridos de la primera Guerra mundial, donde utilizó lentes de contacto para disminuir los síntomas.
Fue la primera mujer profesora en Oxford, y lo hizo en el área de la Oftalmología. Perteneció al Comité Editorial del American Journal of Ophthalmology entre 1944 y 1949.
Para el año 1972, Ida Mann había sido autora de 143 trabajos científicos y seis libros. Su jubilación profesional llegó en 1976, pero su mente siguió en marcha. Falleció el 19 de noviembre de 1983 mientras escribía un texto.
Patricia Bath
Patricia Bath, nacida en 1942 en Harlem (Nueva York), fue una oftalmóloga y científica visionaria que dejó una marca indeleble en el campo de la Oftalmología. Fue la primera mujer miembro del Instituto del ojo Jules Stein, primera mujer en dirigir un programa de posgrado en oftalmología, y primera mujer elegida empleada honoraria del Centro Médico UCLA (honor otorgado después de su jubilación). Bath fue la primera persona negra como residente en Oftalmología en la Universidad de Nueva York. Fue también la primera mujer negra ejerciendo como cirujana en el Centro Médico UCLA.
Bath fue la primera doctora afroamericana en recibir una patente con propósito médico. Era titular de cuatro patentes, también fundó el Instituto americano para la Prevención de Ceguera, sin ánimo de lucro, en Washington D. C.
Bath fue titular de cuatro patentes en los Estados Unidos. En 1981, concibió la sonda Laserphaco, un dispositivo médico que mejora el uso del láser para eliminar cataratas, y «para ablación y extracción de lentes para catarata». El dispositivo se completó en 1986, después de que Bath investigara en láseres en Berlín, y lo patentó en 1988, convirtiéndola en la primera afroamericana en recibir una patente para uso médico. El dispositivo —que disuelve la catarata con un láser rápidamente y casi sin dolor, irriga y limpia el ojo y permite la fácil inserción de una nueva lente— se utiliza internacionalmente para tratar esta dolencia. Bath continuó mejorando el dispositivo y restauró con éxito la visión de personas incapacitadas durante décadas.
Tres de las cuatro patentes de Bath están relacionadas con la sonda Laserphaco. En 2000, le fue concedida una patente por un método ideado para utilizar la tecnología de ultrasonidos en el tratamiento de las cataratas.
Falleció el 30 de mayo de 2019 en el Centro médico de UCSF, San Francisco, a consecuencia de un cáncer.
En este Día Internacional de la Mujer, recordamos y celebramos el legado de estas tres oftalmólogas pioneras, cuyo trabajo y dedicación han dejado una huella imborrable en el campo de la Oftalmología. Su valentía, determinación y contribuciones a la ciencia y la atención médica oftalmológica continúan inspirando a generaciones de profesionales de la salud en todo el mundo.