En la mayoría de las ocasiones, no llegamos a ser conscientes de los síntomas que nos puede acarrear el fijar la mirada en exceso.
En reposo, el ojo está enfocado naturalmente para ver de lejos y a una distancia media. Mantener el enfoque en un objeto que se encuentra a una distancia corta supone un esfuerzo adicional que se debe sostener durante un tiempo determinado. Cuando forzamos nuestra vista a fijarse en pantallas de dispositivos, portátiles o fijos, estamos manteniendo este esfuerzo.
Los síntomas derivados de mantener la vista son, en la mayoría de las ocasiones, consecuencia de una falta de parpadeo. La naturaleza de trabajar frente a pantallas requiere una concentración y atención especiales, por lo que, inconscientemente, la media de parpadeos por minuto baja considerablemente si lo comparamos con la media tomada en otras actividades que no requieren fijación visual.
Esta disminución de la frecuencia del parpadeo se traduce en sequedad de ojos, irritación, ocular y fatiga visual. Esta patología es conocida como Enfermedad de Ojo Seco.
Por otra parte, si no llevamos la graduación o corrección adecuada el esfuerzo muscular para mantener una imagen nítida puede producir dolor ocular y de cabeza, lo que se conoce con el nombre de astenopia.
No se asocia, ni se ha relacionado jamás en ningún estudio científico el empleo de ordenadores y otras pantallas de visualización con el desprendimiento de retina.